Luego del anuncio del presidente Alberto Fernández sobre la intervención del grupo cerealero Vicentin, vecinxs de la ciudad santafesina de Avellaneda se manifestaron en defensa del grupo económico investigado por un préstamo millonario del Banco Nación durante el macrismo. El holding también tiene como socios a la firma suiza Glencore del multimillonario Marc Rich que acumula denuncias de evasión, fraude y negocios ilegales.
A pesar de que el jefe de Estado sostuvo que los trabajadorxs mantendrán sus puestos y que los 2600 productores vinculados a la firma seguirán trabajando con tranquilidad, ayer el intendente de Avellaneda, Dionisio Scarpino, encabezó una marcha en medio del aislamiento social, preventivo y obligatorio violando las normativas de prevención sanitaria.
La García dialogó con Lucas Cardozo, un ex empleado de Vicentín, que contó que la empresa muestra una buena imagen ante la opinión pública que se contradice con el incumplimiento de los derechos laborales hacia el interior. “Es una empresa que se caracteriza por repudiar el sindicalismo y a todos aquellos que que defiendas sus intereses y reclamen los derechos como empleado. Eso nunca lo toleraron. La empresa siempre se caracterizó por tener una buena imagen de la sociedad por eso la marcha de hoy tuvo tanta convocatoria”, explicó a este medio.
Lucas trabajó 19 años en la empresa, desde el 2000 a través de la tercerizada ServiPack, que está dentro del complejo Industrial Vicentin, y a partir del 2015 de manera directa. Sin embargo, denunció que a mediados de 2019 varias personas fueron desvinculadas por sus actividades sindicales. “Para quedar bien ante la opinión pública ofreció un retiro voluntario con una trampa porque en lugar del 100% de indemnización por despido, nos ofrecían el 20% más. Ahí está el ciniscmo, porque la mayoría teníamos más de 40 años, afuera no tenés ninguna expectativa elaborar. Jugaban con eso, con darte el 20% más y te vas sin hacer quilombo. A nosotros dos meses antes nos dijeron que nos iban a echar. Todos los que terminamos yéndonos, o por retiro voluntario o por despido, éramos los que hacíamos medidas de fuerza o reclamábamos un sueldo justo. Esa gente hoy está toda en su casa. En marzo de 2019 nos terminaron de echar a todos, a los que nos torturaron o nos manipularon psicológicamente terminamos firmando”, afirmó Cardozo.
Con respecto al respaldo por parte de la sociedad de Avellaneda, Lucas indicó que tiene que ver con una “cuestión de pertenencia”. “Avellaneda es como que le pertenece a Vicentín y no pueden escapar de eso. Lo defienden a capa y espada sin saber el daño que la empresa hizo o hace. Esta empresa entregó compañeros a los militares para que se los lleven”, agregó.
Según pudo conocer La García, lxs actuales interventores se encontraban este miércoles aguardando instrucciones en un hotel de la localidad de Avellaneda, a la espera de definiciones en las negociaciones entre las autoridades locales, de la empresa y de la ciudad lindante de Reconquista.