Por Jimena Cozza
Tras la represión de este lunes frente al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) para exigir (entre otras cosas) la renuncia de su director, Luis Puenzo, el delegado de ATE-INCAA Nicolás Vetromile sostuvo: “se jacta de decir de que la industria cinematográfica no lo escuchó a él pero es al revés, él tiene que escuchar a los trabajadores”, en diálogo para La García redes.
A continuación, explicó: “en el 2017 se firmó la ley 27.432 que establece la finalización de los Fondos Específicos para la Cultura (Fondo de Fomento Cinematográfico) la cual se nutre de impuestos que van a parar a la AFIP y este organismo los gira al Instituto Nacional del Teatro, de la Música, de Cine, entre otros, que son los que permiten fomentar a la cultura. Esos fondos que caducarían el 31 de diciembre de 2022 son para las bibliotecas populares, radios y televisoras comunitarias. Al finalizar esos fondos nos quedaríamos sin Cultura. Esa ley que se votó en el año 2017 establece esto”.
En este sentido, el delegado explicó que “la gota que rebalsó el vaso fue un proyecto de decreto que establece nuevos topes de subsidios para la producción. Dejando a la producción de pequeñas y medianas productoras de contenido morir dado que necesitan de una financiación externa o un acuerdo con una televisora para poder producir”.
Consultado acerca de la gestión de Luis Puenzo, Nicolás Vetromile sostuvo: “él llegó en diciembre de 2019 con el cambio de gobierno, convocó tener un INCAA abierto, participativo y plural. Nada de esto sucedió, tuvimos reuniones por reclamos de la época del macrismo y que arrastrábamos a los funcionarios del macrismo, funcionarios que hoy siguen en el INCAA y no son puestos menores. Puenzo mantiene a los funcionarios del expresidente Mauricio Macri”, en comunicación con La García redes.
Desde el 2017 hasta hoy
En otro tramo de la entrevista, Nicolás Vetromile brindó detalles de lo que fue la política en el 2017 y que perdura hasta hoy. «Los espacios INCAA han sido desfinanciados en todo este tiempo. Primero, se estrenan en Buenos Aires y después en el resto del país. Por otro lado, la era del macrismo desfinanció el programa Festivales Nacionales- que es un programa importante para películas y cortometrajes porque es la primera pantalla para las películas- Puenzo y el macrismo no tuvieron una política para obligar a las grandes exhibidoras a tener una cuota de pantalla y una media de continuidad (a pesar de que lo establece la ley) No generó ninguna política al respecto. Entonces las exhibidoras prefieren pasar 700 capítulos de otra cosa antes que películas argentinas”.
Ante todo lo expuesto, trabajadorxs de la industria cinematográficas y afines a la cultura, reclaman: “caducidad en los fondos. Que se vote en el Congreso una ley que elimine la anterior», explica Nicolás Vetromile y agrega: «por otro lado, que existan políticas reales para el audiovisual, producción y exhibición, en lo que atañe a la federalización, la pluralidad de voces, que haya perspectiva de género, que los funcionarios que heredamos del macrismo se vayan y que la escuela de Cine sea un espacio saludable de trabajo. Si permitimos, como en cualquier ámbito de la economía de un país, que el mercado regule, estamos perdidos”, concluyó el delgado para La García redes.
