El militante de ultraderecha detenido es hijo de dos víctimas de la dictadura

Por Celeste del Bianco para el DiarioAr

José Derman, el integrante del centro cultural libertario detenido por celebrar y apoyar el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, es hijo de una pareja de exdetenidos desaparecidos durante la última dictadura cívico militar. Su madre, Cristina Gioglio, que falleció hace dos años, declaró en varias causas por delitos de lesa humanidad y era un activa militante feminista en La Plata. Su padre, Alberto Derman, fue secuestrado dos veces y también declaró como testigo. Paradójicamente, en junio de este año, alrededor de 80 organizaciones de derechos humanos, políticas, sociales y sindicales advirtieron en un comunicado sobre la apertura de un local fascista “Centro Cultural Kyle Rittenhouse” (CCKR) liderado por Derman.

El hombre, de 38 años y referente del espacio que se autodefine como “anti-comunista”, fue detenido este lunes después de conocerse un video de Youtube en el que lamentaba el ataque fallido a la expresidenta y brindaba “total apoyo al héroe brasileño que intentó hacer justicia por los argentinos”. Derman cursa primer año de Sociología en la Universidad Nacional de La Plata, donde también tuvo conflictos con docentes, compañeras y compañeros por sus discursos nazis y machistas. Ayer, tras conocerse la detención, la institución decidió echarlo.

“Ni 30.000 desaparecidos, ni 30.000 víctimas”, “No fueron 30.000 los desaparecidos, pero sí fueron 21.642 los atentados terroristas perpetrados en la década del ‘70 por Montoneros y el ERP”. Esas son algunas de las frases que se leen en el Facebook del CCKR. En el local, ubicado en el barrio del Mondongo en La Plata, hay murales de Donald Trump, Jair Bolsonaro, Javier Milei y Mohamed Alí Seineldín, Ricardo Iorio, Novak Djokovic y Mario Malevo Ferreyra. El perfil de José Derman, uno de los líderes del espacio neonazi, contrasta con el de su familia. Para él y su grupo, los desaparecidos y detenidos durante la dictadura fueron “terroristas”. Su madre y su padre entran en esa categoría.

Su madre militó en organismos de derechos humanos y feministas hasta que falleció de cáncer en enero de 2020. En diciembre de 1977, Cristina Gioglio fue secuestrada en su casa de Ranelagh cuando volvía de trabajar. Fue trasladada y torturada en los centros clandestinos de detención Pozo de Quilmes y Destacamento de Arana. En democracia dio testimonio en los juicios La Cacha, Pozo de Banfield, Pozo de Arana y Circuito Camps. También declaró en Italia y en España ante el juez Baltasar Garzón.

“Me agarran y me llevan a mi casa, en el piso estaba acostado, maniatado, con los pies atados y amordazado Alberto Derman, que en ese momento era mi pareja. Mi hijo de 15 meses, Marcos Derman, no estaba. Yo empecé a preguntar dónde estaba, pero nadie me quiso decir. Se suponía que tenía que estar allí”, relató Cristina en el año 2000 durante el juicio sobre la desaparición de su expareja. Ese día, Alberto Deman fue secuestrado después de retirar al bebé de la guardería. La policía dejó al nene (hermano de José Derman, que nacería años después, en democracia), con una vecina que lo cuidó durante cuatro días hasta que contactaron a la familia. “Me tiran en el piso de un auto junto con Alberto Derman y nos trasladan a lo que yo después supe que era la Brigada de Quilmes”, describió.

Durante la dictadura Alberto Derman, padre de José, fue delegado gremial en el Astillero Río Santiago y estuvo secuestrado dos veces. La primera fue el 25 de octubre de 1977 y fue liberado tres días después. Y la segunda en diciembre junto a su compañera. En ambas fue trasladado al Pozo de Quilmes. “Me sometieron a torturas haciendo imputaciones que no tenían absolutamente nada que ver conmigo (…) Los gritos de los torturados eran permanentes”, relató en junio de este año durante el Juicio de Las Brigadas en La Plata.Los dos fueron secuestrados en el marco del “Operativo Escoba”.

Tras ser liberada, Cristina formó parte de la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos y, luego, de la Unión por los Derechos Humanos de La Plata. Además, desde los años 90 Cristina militó activamente en el movimiento de mujeres y fue referente de la Casa de la Mujer Azucena Villaflor. Algo que también contrasta con la actividad de su hijo, que tiene varias denuncias por hostigamiento, amenazas y acoso hacia activistas feministas a través de las redes sociales. “Este señor es José Derman y hace meses me viene amenazando, y enviando fotos y videos de sus genitales a mí y a muchas otras mujeres, principalmente feministas”, escribió en Twitter la abogada especialista en violencia digital Florencia Zerdá en noviembre de 2021.

A pesar de tener varias denuncias por este tipo de violencia de género en su contra, en julio de este año la justicia porteña lo declaró inimputable en la causa en la que se lo investigaba por “hostigamiento digital”. Según el informe pericial psicológico y psiquiátrico, Derman presenta un trastorno “delirante paranoide” dentro de un retraso madurativo leve por lo “no puede comprender la criminalidad de sus acciones”.

Tras la detención de este lunes en el marco de la causa del atentado a Cristina Kirchner, amigas de la madre pidieron la intervención de la Comisión Provincial de la Memoria (CPM) para que se tenga en cuenta su condición psiquiátrica. El organismo de Derechos Humanos hizo una presentación ante el Juzgado Federal 3 de La Plata para que se tengan presentes los dictámenes psicológicos. Desde la CPM indicaron que estas acciones forman parte de las tareas habituales de intervención cuando familiares o cercanos a las personas detenidas piden acompañamiento en casos de salud mental.

Las advertencias sobre el centro nazi en La Plata
En junio, los organismos de Derechos Humanos de la capital de la provincia de Buenos Aires advirtieron sobre la presencia del “Centro Cultural Kyle Rittenhouse”, en el barrio El Mondongo de La Plata. Alertaron sobre los discursos de odio y negacionismo que se propagaban desde el local dirigido por José Derman. “Promueven y ejercen prácticas sistemáticas de hostigamiento, agresión y acoso a diversas comunidades locales, además de difundir abiertamente a través de sus declaraciones públicas discursos de odio, intolerancia y negacionismo”, indicaron 80 organizaciones en un comunicado después de enterarse de la apertura del espacio.

“Se refieren a las personas detenidas- desaparecidas como ‘terroristas’, reflotando en sus redes la teoría de los ‘dos demonios’, ‘la guerra sucia’ y ‘la amenaza subversiva’. También se comparten materiales de reivindicación a represores militares”, denunciaron.

Meses después, tras la vandalización de un mural con pañuelos de Madres de Plaza de Mayo, el bloque del Frente de Todos presentó en el Concejo Deliberante un proyecto para crear el Plan Municipal de Promoción de Políticas contra el Negacionismo del Terrorismo de Estado.

“Estas acciones, además de ser una clara provocación, demuestran que el grupo está decidido a la acción, como lo proponen en una de las consignas antes mencionadas (”es legítimo usar la fuerza física o armada contra una agresión originaria“). Teniendo en cuenta sus concepciones, queda claro que éstas representan una amenaza para la sociedad en general, y para los grupos ya atacados, en particular”, advirtieron en el documento.