Debate político en TELEFE, con Gerardo Rozín

Compartimos la entrevista con @gerardorozin ayer en @MorfiTelefe. Hablamos de todo. Gracias por la oportunidad.

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18 COMENTARIOS

  1. excelente! impecable. no miro este programa porque rozin es imbancable pero esto es imperdible. felicitaciones!!! quien era la que enfocaban todo el tiempo haciendo caras? solo como anécdota.

  2. Me encanto! Te falto «pluralidad de voces en los medios de comunicacion» y que «se cumpla con la Ley de Medios» en la ultima pregunta. Pero…excelente!

  3. Buenísimo Cynthia!!!! Aprovechaste al máximo tu tiempo para decir cosas que quizás, esa gente que ve ese programa,no sabía por que no se informa adecuadamente.¡GENIA!

  4. Muy bueno! me llamó la atención la cara de los periodistas y staff del programa…muy elocuente el disgusto, será que les molesta quedar tan en evidencia? hoy mas que nunca el periodismo traidor a la causa del pueblo desnudo frente al juicio popular…

  5. Sos muy inteligente, cómo pusiste en contexto las preguntas que claramente estaban dirigidas a desacreditar al gobierno de Cristina. Lo de Rosin fue mala leche o no es tan buen periodista como vos le dijiste y el árbol le impide ver el bosque. No sé, no lo conozco mucho porque todos los programas que hace me parecen aburridos.

  6. Está clara la imposición de una predisposición «anticorrupción» que persuadió a grandes sectores populares y de clase media para constituir el 51 de sufragantes del electo. También es evidente, a mi entender, que ese 51 % no es únicamente víctima; no es inocente, y que aún no se ha hecho cargo del imperdonable error que cometió «democráticamente» para operar «popularmente» una tremenda regresión social, política y económica. En democracia la mayoría «tiene razón», aunque se equivoque, pero advierto que en el votante común del 51% casi nadie admite haberse equivocado si no ha sido afectado de modo directo y personal por un efecto negativo (despidos, etc.). Se advierte un silencio, significativo y responsable de la irresponsabilidad con que se hizo ejercicio del voto, o bien, apenas, alguna disculpa lastimosa sin sustento a medidas del gobierno.
    En cualquier caso, la gran mayoría de ese 51% que sufragó por el electo no tuvo nunca una preocupación de militancia política o social sobre el tema corrupción y otros tantos asuntos más importantes, como por ejemplo, la deuda externa o el regalo del capital público y riquezas naturales durante el cavallo-menemismo. Ahora, por ejemplo, ese 51% no se debate en su ira y «crispación» por la corrupción evidente de un grupo a cargo de la gestión que basa la misma en…la corrupción. Los medios no lo hacen notar, porque (y pero) en Argentina los diarios nacieron como órganos políticos en el siglo XIX. Y, si vamos a lo esencial de la cuestión, el capitalismo mismo se basa en la «corrupción», en el aprovechamiento del trabajo del otro: la plusvalía, desde un punto de vista moral, es un modo de corrupción. Pero más aún es este último y actual modo de capitalismo -si es que aún es capitalismo y no otro modo «productivo» indefinido y aún sin nombre-, ya que se basa en fabricar dinero, producir dinero, y para ello apela a la economía casino, al narcotráfico mundial, a la venta de armas y al tráfico de personas y órganos, entre otros aspectos.Este sistema de ahora se basa en la corrupción: es su razón de ser. La corrupción no es una consecuencia, sino su origen y sostén. Tanto es así que la corrupción pasa a ser un sistema «natural» de ganarse la vida, mientras se construyen muros para arrojar del otro lado a los humanos que sobren (por allí hay que buscar una «explicación» a tanto cine y series de tevé sobre zombis). Este es el gran «pecado» del 51 % imperdonable que dio sustento «democrático» al sistema de saqueo, estafa y corrupción al que decía o creía oponerse. Es preocupante.
    AMILCAR MORETTI
    http://www.amilcarmoretti.com.ar
    EROTICA DE LA CULTURA
    La Plata-Buenos Aires

  7. Está clara la imposición de una predisposición «anticorrupción» que persuadió a grandes sectores populares y de clase media para constituir el 51 de sufragantes del electo. También es evidente, a mi entender, que ese 51 % no es únicamente víctima; no es inocente, y que aún no se ha hecho cargo del imperdonable error que cometió «democráticamente» para operar «popularmente» una tremenda regresión social, política y económica. En democracia la mayoría «tiene razón», aunque se equivoque, pero advierto que en el votante común del 51% casi nadie admite haberse equivocado si no ha sido afectado de modo directo y personal por un efecto negativo (despidos, etc.). Se advierte un silencio, significativo y responsable de la irresponsabilidad con que se hizo ejercicio del voto, o bien, apenas, alguna disculpa lastimosa sin sustento a medidas del gobierno.
    En cualquier caso, la gran mayoría de ese 51% que sufragó por el electo no tuvo nunca una preocupación de militancia política o social sobre el tema corrupción y otros tantos asuntos más importantes, como por ejemplo, la deuda externa o el regalo del capital público y riquezas naturales durante el cavallo-menemismo. Ahora, por ejemplo, ese 51% no se debate en su ira y «crispación» por la corrupción evidente de un grupo a cargo de la gestión que basa la misma en…la corrupción. Los medios no lo hacen notar, porque (y pero) en Argentina los diarios nacieron como órganos políticos en el siglo XIX. Y, si vamos a lo esencial de la cuestión, el capitalismo mismo se basa en la «corrupción», en el aprovechamiento del trabajo del otro: la plusvalía, desde un punto de vista moral, es un modo de corrupción. Pero más aún es este último y actual modo de capitalismo -si es que aún es capitalismo y no otro modo «productivo» indefinido y aún sin nombre-, ya que se basa en fabricar dinero, producir dinero, y para ello apela a la economía casino, al narcotráfico mundial, a la venta de armas y al tráfico de personas y órganos, entre otros aspectos.Este sistema de ahora se basa en la corrupción: es su razón de ser. La corrupción no es una consecuencia, sino su origen y sostén. Tanto es así que la corrupción pasa a ser un sistema «natural» de ganarse la vida, mientras se construyen muros para arrojar del otro lado a los humanos que sobren (por allí hay que buscar una «explicación» a tanto cine y series de tevé sobre zombis). Este es el gran «pecado» del 51 % imperdonable que dio sustento «democrático» al sistema de saqueo, estafa y corrupción al que decía o creía oponerse. Es preocupante.
    AMILCAR MORETTI
    http://www.amilcarmoretti.com.ar
    EROTICA DE LA CULTURA
    La Plata-Buenos Aires

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