Caso Maldonado: Humo sobre el Río Chubut

* Por Sebastián Premici para Agencia Cadena del Sur

El jueves habrá una audiencia para la recusación de la fiscal Silvina Avila.

El próximo 5 de junio, la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia realizará una audiencia por la apelación de la fiscal Silvina Avila contra la resolución del juez Gustavo Lleral  de considerar ilegales las escuchas contra Sergio Maldonado y varios testigos claves de la desaparición y muerte del Brujo. Y el jueves, en el juzgado de Gustavo Lleral se llevará adelante otra audiencia por la recusación de la fiscal impulsada por la familia de Santiago y por la APDH. Tanto Avila como el juez Guido Otranto son dos actores claves en el encubrimiento a la Gendarmería por su responsabilidad en la desaparición y muerte de Santiago.

La causa volvió a moverse por los márgenes, o mejor dicho, sobre el humo generado en la superficie del río Chubut. Los medios de comunicación hegemónicos –ahora con la preeminencia de Infobae y una empleada escriba servil de la Gendarmería– hacen hincapié en la relevancia de estas escuchas ordenadas por Otranto como prueba para demostrar un supuesto montaje de los mapuches sobre lo sucedido el 1 de agosto de 2017.

El “montaje” sería la desaparición forzada, es decir, que a Santiago se lo habían llevado de la Pu Lof. Como la autopsia dio “asfixia por sumersión coadyuvado por hipotermia”, las conciencias nefastas se tranquilizaron. Pero nadie puede responder aun ¿qué hicieron con Santiago Maldonado?

La fiscal Avila quiere probar que hubo un complot entre Claudina Pilquiman y Ariel Garzi. Dijo Avila que Claudina plantó la gorra de Santiago en el territorio para que prevaleciera la versión en contra de la Gendarmería. Pero Santiago sí estuvo ahí. No sólo lo atestiguó su cuerpo encontrado el 17 de octubre del año pasado sino las propias imágenes tomadas por la GNA, incorporadas en la foja 38 del expediente 8232/17 (Desaparición Forzada), instruido hasta el 30 de septiembre por la fiscal Avila.

Entonces, ¿cuál sería el complot denunciado por la funcionaria del Ministerio Público Fiscal? La historia de Avila debe complementarse con otra de las escuchas publicadas por la servil periodista de la GNA, ex empleada de La Nación y ahora de Infobae, donde intenta instalar la idea de que los mapuches engañaron a Sergio desde el comienzo y que la hipótesis de la Justicia (¿qué justicia, la del encubridor Guido Otranto?) es que en realidad el testigo Lucas Pilquiman vio como Santiago se ahogaba y ahí hubo abandono de persona. Es decir, el objetivo del Gobierno es responsabilizar penalmente a los mapuches por la muerte de Santiago.

Pero todo esto es humo. La verdad histórica de lo que sucedió el 1 de agosto está dentro del expediente: las contradicciones de los gendarmes nos permitió reconstruir desde Agencia Cadena del Sur que los uniformados que llegaron al río lo hicieron en al menos tres grupos –recordemos que al comienzo del caso la GNA dijo que no habían llegado al río-, que los tuvieron a menos de 6 metros y que hubo -como mínimo- 8 disparos sobre el río.

Ya desde la primera foja del Habeas Corpus existe la mención al grito del escopetero Pelozo “ahí hay uno” que da cuenta de la cercanía entre los agentes y los jóvenes de la Pu Lof. Los gendarmes recorrieron al menos 50 metros sobre la costa. Santiago y Lucas corrieron, muy probablemente, en línea recta desde la guardia hacia el río, mismo lugar donde el gendarme Lucio Buch estacionó el Eurocargo. Cuando el conductor bajó, con su arma 9 milímetros, pudo divisar varios uniformados sobre el lecho. Eran las 11.36.  Los otros gendarmes que estaban en el mismo lugar o que bajaron al río a la misma altura donde estaba el Eurocargo –y por ende por donde pudieron bajar Lucas y Santiago- fueron el escopetero Darío Zoilán, Federico Yucra y Emmanuel Echazú. Zoilán no sólo disparó varias veces hacia el río sino que escuchó otros escopetazos. Echazú tenía su escopeta. Otro gendarme, Daniel Gómez, primer alférez del Escuadrón 35, le reconoció al jefe del Escuadrón 36 Pablo Badie que fueron varios los disparos en el río. ¿Quién disparó y a quiénes les dispararon?

El humo que venden desde los medios hegemónicos porteños busca ocultar también la coincidencia en el relato de Matías Santana y Lucas Pilquimán (por más que el relato de Matías haya sido coral y haya dicho que desde la comunidad vieron que le pegaban a Santiago). ¿En qué coinciden? En un momento de su testimonio, Matías describe que el lugar donde lo ven por última vez a Santiago es a la altura de una línea de pinos, sobre la bajada al río, lugar por donde los integrantes de la Pu Lof bajan a buscar agua. Este es el mismo lugar que describió Lucas. Y el Eurocargo y otra Ford Ranger frenaron justo en esa línea de pinos. Y en ese lugar, en ese mismo momento habías varios gendarmes según el relato de los propios uniformados. Es decir, Santiago intentó cruzar el río a partir de la cacería de la GNA.

La verdad histórica está en los detalles de lo sucedido en el río y en los movimientos de los funcionarios que operaron para encubrir a la Gendarmería: Pablo Noceti, Gonzalo Cané, Daniel Barberis, y la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Los hilos que movieron y siguen moviendo develan un dispositivo de terror. ¿Qué hicieron con Santiago Maldonado? Esta pregunta no deja de interpelarnos. Su mirada todavía es un grito: ¡resistencia a desaparecer!